La hermandad de La Lanzada celebró ayer su salida extraordinaria conmemorativa de sus primeros veinticinco años de historia. Centenares de personas acompañaron a la cofradía en su recorrido, en el que visitaron al resto de hermandades del barrio del Zaidín. A las dos menos cuarto de la madrugada llegaba el paso a la Parroquia de los Dolores.
La hermandad de La Lanzada celebró ayer su salida extraordinaria conmemorativa de sus primeros veinticinco años de historia. Centenares de personas acompañaron a la cofradía en su recorrido, en el que visitaron al resto de hermandades del barrio del Zaidín. A las dos menos cuarto de la madrugada llegaba el paso a la Parroquia de los Dolores.
Minutos después de las cuatro y media de la tarde salía el paso del Cristo de la Lanzada desde delante de la Parroquia de los Dolores, sede canónica de ésta cofradía del Martes Santo. No se había podido instalar, finalmente, la carpa blanca habitual de cada Martes Santo, por lo que los hermanos de la corporación tuvieron que realizar todo el montaje del paso durante la mañana del sábado delante de la puerta misma del templo, y al término de la procesión allí mismo se tuvo que desmontar el paso para hacer su mudá nuevamente hasta la Casa de Hermandad.
Peculiar fue el acompañamiento musical que tuvo el paso en el trayecto desde la parroquia hasta el Parque Cruz de Lagos, donde se celebró una misa de campaña. Y es que si estamos ya habituados a escuchar en la Lanzada sones de corneta y tambor, ayer durante ésta parte del recorrido recuperó el paso el sonido de la agrupación musical. No hay que olvidad que, durante muchos años, la hermandad contó con su propia agrupación musical, siendo este tipo de marchas las que acompañaban al paso de misterio cada Martes Santo. Fue la Agrupación Musical Dulce Nombre de Jesús la que acompañó al paso en éste primer trayecto. Fue pues ésta una ocasión especial en la que de nuevo se pudo ver al Santísimo Cristo de la Lanzada a los sones de una agrupación musical, como lo hacia antiguamente con la desaparecida formación musical con la que contaba la propia cofradía. Para esta salida extraordinaria la Agrupación del Dulce Nombre interpretó, entre otras, una de las marchas más especiales dedicadas a esta hermandad por su antigua agrupación: "A mi Cristo de la Lanzada”, de Jesús M. López. Y es que a todos los antiguos componentes de la Agrupación Musical Santísimo Cristo de la Lanzada quisieron dedicar esta salida los músicos del Dulce Nombre, “en recuerdo de aquellos maravillosos años”. Durante todo el recorrido, junto al guión de la banda del Despojado, que fue tras el paso una vez finalizada la misa, figuró el guión de la desaparecida Agrupación de La Lanzada.
En el Parque Curz de Lagos se celebró una “misa de campaña” que estuvo presidida por el propio arzobispo de Granada, Francisco Javier Martínez, quien además estuvo acompañado del Párroco y Consiliario de la Hermandad , D. Antonio Guerrero, el coadjutor de la Parroquia , D. José Alberto y por el Vicario de la Basílica de la Virgen de las Angustias, D. Francisco Molina Carretero, antiguo párroco de los Dolores y Costalero de Honor de la Lanzada.
Una vez finalizada la misa, la Agrupación del Dulce Nombre pasó a encabezar el cortejo, permaneciendo en ésta posición gran parte del recorrido. A partir de ese momento la Banda de Cornetas y Tambores de Nuestro Padre Jesús Despojado de sus Vestiduras fue la que, una vez terminada la función religiosa, acompañó al paso procesional en el resto del recorrido. Buena calidad musical en ésta formación.
Acompañaron a la hermandad representaciones de distintas cofradías de penitencia y gloria de la ciudad. En el cortejo figuraban también hermanos de la corporación, entre ellos muchas costaleras. Hizo la cofradía un recorrido por las calles del Zaidín, acercándose hasta los templos sedes de las otras cofradías del barrio. Primero fueron hasta las puertas de la iglesia de María Auxiliadora, en el cercano colegio de los Salesianos. De aquí partieron hacia el corazón del barrio del Zaidín, llegando hasta la iglesia del Corpus Christi, sede de la hermandad del Trabajo. Por último giraron visita también a la Parroquia de San Miguel Arcángel, sede de la cofradía de la Resurrección y con la que La Lanzada tiene estrechos lazos tras haberse recogido en la misma la pasada Semana Santa.
Fue mucha la gente que acompañó a la cofradía en ésta salida extraordinaria, que concluía en torno a las dos de la madrugada cuando nuevamente el paso de la Lanzada llegaba a las puertas de la parroquia de los Dolores. En los últimos minutos del cortejo en la calle se vivieron algunos momentos de especial emoción, como la llamada dada en el paso por el hermano mayor de la cofradía (Francisco Rabaza), una llamá dedicada al antiguo hermano mayor Miguel Perea (que por enfermedad contempló el paso de la cofradía unicamente asomado al balcón de su vivienda), o la petalá que le realizó al Cristo de la Lanzada el Grupo Joven de la hermandad de la Resurrección
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