Como final al mes de septiembre, mes dedicado principalmente a la patrona de Granada, la Virgen de Las Angustias, les ofrecemos un pequeño especial con imágenes y escritos de la historia de la Madre de todos los granadinos.
Cuenta la leyenda, que dos caballeros que decían proceder de la ciudad de Toledo se interesaron por los representantes de la Cofradía de Nuestra Señora de las Angustias y que, hallando al Mayordomo y otros hombres que reconocían su fervor por esta imagen, les explicaron que ellos también veneraban en su ciudad la misma advocación y que venían a traer consigo una imagen digna de devoción, dejando así, sin más explicaciones, la imagen que ha llegado a nuestros días. Cuenta la tradición que cuando Granada fue reconquistada por los Reyes Católicos (1492), entró con las tropas victoriosas la imagen, procedente de Arévalo, a la que durante tan largo asedio se encomendaron los monarcas y el ejército. En torno a esta imagen, para la que los Reyes mandaron edificar una modesta capilla en las afueras de la ciudad, nace el culto y devoción a Nuestra Señora de las Angustias.
El ayuntamiento de Arévalo reclamó a la reina su imagen, con lo que fue sustituida en Granada por un cuadro. Con el tiempo la devoción fue en aumento y los cofrades y devotos de Nuestra Señora, aparte del cuadro, pronto echaron de menos la falta de una imagen de la Virgen que la representase en el misterio de su dolor. Consta que ya a mediados del siglo XVI la actual imagen de la Virgen, aparecida misteriosamente, ocupaba lugar preferente en la capilla construida por los Reyes. La tradición dice que al caer de una tarde, cuando algunas gentes devotas penetraban en la capilla a orar a la Virgen cuya imagen echaban de menos, el encargado de la capilla vio, que entraba una señora ricamente vestida acompañada por dos gallardos jóvenes que parecían servirla, y que, llegando ante el altar, se detenía en actitud de orar. A poco, el ermitaño notó que los jóvenes habían desaparecido, aunque él no recordaba haberlos visto salir por la puerta de la capilla; pero que la señora continuaba en el mismo sitio. Se hacía tarde, y ya no quedaba nadie en el templo más que la señora que seguía orando en la misma postura. Se acercó el hombre, para advertirla que ya era la hora de cerrar la iglesia, y, cual no sería la sorpresa y admiración, al ver que lo que parecía una señora era una preciosa imagen de la Virgen que sostenía sobre sus rodillas el cuerpo inanimado de su Hijo.
Se desconoce el autor de la talla de la Virgen, aunque se apunta la posibilidad de que hubiese sido realizada por Gaspar Becerra.
El 20 de septiembre de 1913, fue coronada canónicamente y declarada Patrona de la Diócesis de Granada, siendo Pontífice Pío X. Su fiesta es el 15 de septiembre.
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