El acto de la presentación ha resultado sencillo y emotivo. El hermano mayor se ha dirigido a los asistentes para matizar tan sólo el ejercicio de su contemplación, ya que el restaurador, D. Jose Luis Aranzana se hubo de ausentar a última hora por motivos personales. Tras la introducción de Jesús Muros, el párroco ha tomado la palabra y con posterioridad se le ha cantado la Salve a la Madre.
Numeroso público se concentró a las puertas de San José desde las 8 de la tarde, hasta el momento en que , tras tañir las campanas, se abrieron las puertas y todos se arracimaron en torno a Ella, para contemplar el fabuloso resultado del proceso de recuperación de la imagen. El montaje era sencillo para no restar protagonismo a su contemplación: La Virgen se situaba sobre peana decimonónica de madera, con dos juegos de 3 candeleros a cada lado, dos jarras flanqueándola y ramo a sus pies.
Nuestra Madre es sin lugar a dudas Ella, pero sus restauración nos habla de una talla y de una tez dorada en su policromía que tan sólo conocieron los que nos precedieron, y que denota maestría. Ha ganado en matices, en suavidad de líneas y expresividad. Como nos comentaba el conocido cofrade granadino José Cecilio Cabello a la salida del acto, "La Virgen se ha humanizado, esta bellísima". Nos parece una acertada descripción de la impresión general que ha causado la intervención.
Bienvenida, Madre.
Pues no se yo si estaba mejor antes o ahora..
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